17.11.07

Se preguntan porqué no nos vamos

De vez en cuando me doy una vueltecilla por El Blog Salmón, un blog centrado en el tema de la economía. En este blog participan diversos expertos en economía, y cobran por ello (la propietaria del blog es una empresa, no los autores). Como podéis imaginar, los autores de este blog no son precisamente progres trasnochados, que diría el Gran Wyoming.

Cuando se supone que eres un experto en economía, y te pagan por escribir en un blog, es todo un detalle intentar que no se te vea el plumero. El problema viene cuando no sólo se te ve el plumero, sino cuando demuestras que lo de «experto» también es bastante discutible.

Estoy refiriéndome a la entrada ¿Porqué no nos vamos? que se publicó el pasado día 13, a raíz de la pelotera diplomática que se ha formado gracias a Chávez y a nuestro desocupado monarca («¿porqué no te callas?»).

El autor del post, muy indignado por lo que él llama las contínuas provocaciones de los líderes sudamericanos, sugiere ni más ni menos que las multinacionales españolas deberían largarse de allí. Que ya basta de aguantar a aquellos salvajes que no respetan conceptos básicos del mundo occidental, como el libre mercado; esos conceptos gracias a los cuales aquí en Europa hace mucho que hemos dejado de ser pobres, vivimos alegres y felices, nos levantamos a las seis de la mañana para ir a trabajar silbando una alegre tonadilla, atamos los perros con longanizas, y la tenemos más larga que nadie. Vamos, que sólo le ha faltado decir «Es mi Scattergories y me lo llevo».

Que porqué no nos vamos, dice... tsk, tsk. Lo que hay que oír.

Vaya por delante mi máximo respeto a IC, autor del post y seguramente gran experto en economía, ya que mis conocimientos sobre ese tema son bastante rudimentarios, aunque me parece que para el viaje no me van a hacer falta tantas alforjas.

Señor IC, las multinacionales españolas no se van de América latina porque, dicho simple y llanamente: se están forrando. Las multinacionales no son hermanitas de la caridad: si no les saliera a cuenta, haría mucho tiempo que se hubieran largado.

Precisamente esas condiciones que tanto critica el señor IC: inestabilidad gubernamental, inseguridad jurídica, etc., son las que históricamente han aprovechado las multinacionales europeas y norteamericanas para llevar a cabo maniobras que seguramente en Europa o en EEUU no les hubieran consentido. Y si comparamos las condiciones laborales de sus trabajadores, con las de sus homónimos europeos o estadounidenses, mejor corremos un tupido velo, ¿no?

Duerma usted tranquilo, señor IC, que los directivos de Repsol YPF, Telefónica y demás no van a pasar «hambre frío y calamidad». A lo mejor se forran un poquito menos, pero seguramente ni eso.

11.10.07

Descuadre


Me acaba de pasar algo curioso. Hace un rato he ido a la caja de ahorros a sacar pasta para pagar unas reformas que hemos hecho en la comunidad de vecinos (este año soy el presidente de «esta nuestra comunidad», aunque eso es otra historia y deberá ser contada en otro post).

Como decía, he ido a retirar dinero. La cajera era una chica jovencita, con 25 años o menos. Novata a todas luces. Antes de entregarme el dinero lo ha contado dos veces. Me ha llamado la atención, y me ha parecido curioso, que lo contaba muy despacito. No al «estilo banquero», como si estuviera contando hojas de papel, sino con aquella falta de costumbre que tenemos los que vivimos de cobrar una nómina: pasando los billetes de la mano a la mesa, uno a uno, chasqueando los dedos para que no se traspapelasen. Veinte billetes de cien euros por aquí; diez de veinte por allá. En total, dos mil doscientos euros. Tan despacio los ha contado que incluso a mí, que seguía sus movimientos detenidamente desde el otro lado de la ventanilla, me ha dado tiempo a contarlos también. Como ya he dicho, los ha contado dos veces.

El caso es que, una vez en casa, a eso de las 20:00 (el banco lo cierran a las 19:45), ha sonado el teléfono. Era una voz de hombre. Transcribo la conversación:

Lillo: ¿Síiiii...?
Cajero: Buenas, ¿es usted Lillo?
L: Sí.
C: Le llamamos de Caixa Laietana. Ha hecho usted un reintegro esta tarde, ¿verdad?
L: Sip.
C: Mire, es que tenemos un descuadre. ¿Me puede decir qué cantidad ha retirado?
L: 2200 leuros.
C: Perfecto. ¿Y en qué billetes se lo han dado?

(he vuelto a contar los billetes, aunque no hacía falta, porque ya había visto cómo los contaba la chica)

L: 20 billetes de 100 y 10 billetes de 20.
C (con resignación y cierto aire de desconfianza): Ya... (pausa incómoda de 1.5 segundos) bueno, muchas gracias. Adiós.
L: Adiós.

Me ha quedado una sensación extraña y he sentido un poco de lástima por la chica. Sé que el descuadre no se ha producido en mi transacción, porque la chica me ha dado la cantidad correctamente, y la anotación en la cartilla también es correcta. Pero fijo que se las va a cargar por ser la nueva.

Pensándolo fríamente, me doy cuenta de que tal vez sospechan que yo soy un jeta y me he quedado con más pasta de la cuenta (y tal vez me pueden poner en algún tipo de lista negra), pero la verdad es que me la sudaría... sino fuese porque no puedo dejar de pensar que la niña se la va a cargar. Me consolaré pensando que tal vez se ha equivocado con otro cliente (cosa que me parece harto difícil, vista la minuciosidad con que cuenta los billetes).

Moraleja: dicen que trabajar en un banco es un chollazo. Pero por nada del mundo cambiaba yo mi curro por el de cajero.

Por cierto, cuando hablan de «descuadre», doy por hecho que les ha faltado dinero. ¿O alguno de vosotros cree que en los bancos se ponen a llamar a los clientes cuando les sobra dinero? Hombre, por Dios. ¡Que los Reyes son los padres!

18.6.07

Créditos finales

A raíz de la lectura de este post del blog «Espoiler», que habla sobre un tema bastante relacionado: los cortes publicitarios en momentos inoportunos, he reflexionado sobre algo que me jode sobremanera: la manía que tienen las televisiones de cortar los títulos de crédito finales de las películas.

Una vez un alto directivo de TV3 justificó esta mutilación de la manera más peregrina: según él, los espectadores no vemos los créditos finales porque las letras de los títulos de crédito son demasiado pequeñas para ser leídas en televisión.

OK. Aceptamos barco como animal acuático. Duerme tranquilo, majete, que ya has pensado bastante por hoy.

Esto podría ser cierto hasta cierto punto. Por ejemplo, los créditos finales de "El señor de los anillos: El retorno del Rey" duran unos 15 minutos, y en ellos se incluye un listado completo de toooodos los miembros de la Tolkien Society (que son unos cuantos —doy fe—, y entre los que se incluyen Ian McKellen y Elijah Wood; los actores que interpretan a Gandalf y Frodo, respectivamente —sí, los he buscado: podéis llamarme friki).

Aunque de todas formas, la excusa del tamaño de las letras no explicaría porqué cojones se mutilan también los créditos finales de las series y del resto de programas creados expresamente para televisión. Verbigracia: en la serie Los Simpsons (A3TV), no sólo se mutilan los créditos finales, sino también los iniciales. En la mayoría de series españolas recientes, los créditos finales están incrustados en el propio capítulo. Es decir: la acción continúa mientras los créditos de desplazan horizontalmente por la parte inferior de la pantalla.

La triste realidad es que los espectadores no vemos los créditos finales por razones varias:

  • No estamos acostumbrados a hacerlo, y el hecho de que las televisiones los corten no va a ayudar a solucionar esta mala costumbre.
  • No existe esa cierta cultura del respeto hacia la película como una obra en conjunto (podéis obviar las pelis de Steven Seagal) de la que tanto mola hablar en programas como el de Garci.
  • Tenemos sueño. Cuando una película termina, normalmente son las tantas de la noche y el espectador está hasta los cojones de que en los últimos 20 minutos le hayan metido con calzador tres cortes publicitarios (el último de ellos, 1 minuto antes de que termine la película). Uno lo que quiere es irse a la camita, que al día siguiente hay que madrugar para ir al curro.

El caso es que los títulos de crédito al final de una película son necesarios por varios motivos...

En el cine, uno puede desperezarse un poco, y mirar alrededor para ver las caras de la gente que empieza a desfilar, mientras los más tranquilos, entre los que me cuento, podemos esperar a que termine el «embotellamiento» que se produce a la salida del cine. Además, el simular que estás leyendo los créditos te hace parecer más culto, y te permite, con un cierto aire de superioridad, poner los ojos en blanco, como diciendo hay que ver, ¡qué falta de respeto! ¡qué poca cultura cinéfila!.

Durante los créditos finales puedes aprovechar también para disimular esa lagrimilla que se te ha escapado con el final de Titanic, y que así no te puedan reprochar nada cuando, al salir de la sala, te pongas a rajar delante de las tías sobre lo pastelosa que era la película.

Incluso hay títulos de crédito que son bastante divertidos (ahora pienso en las "falsas" tomas falsas de algunas películas, como Shrek, Bichos o Monstruos S.A. o Algo pasa con Mary). También estoy pensando en escenas ocultas que traen algunas películas después de los títulos de crédito, como X-men 3 (donde se desvela un detalle importante de la trama) o El secreto de la pirámide (ver foto que acompaña a este fost).

En casa es otro mundo. He comprobado científicamente en mis propias carnes que el tiempo que aguanto mirando los créditos finales de una película es directamente proporcional a lo que me haya gustado (o impresionado) dicha película. Hablo, por supuesto, de pelis en DVD o bajadas de Internet, porque como ya sabemos, en las que dan por la tele, ni créditos finales, ni de . Por ejemplo, ¿que me pongo «El imperio contraataca»? Pues nada, en estado de trance hasta que aparece el último aviso de Copyright. ¿Que acabo de ver un bodrio como «Alatriste», en el que a duras penas aguanto hasta el final? Pues nada, hombre, en cuanto aparece el nombre del director, apagamos el DVD y hago zapping a ver qué echan en la tele.

Esta es una de las (des)ventajas de vivir «de rodriguez»: que uno es amo y señor del mando a distancia. En caso de vivir en pareja, pues cuando empiezan los títulos de crédito hay varias alternativas (además de esa que estáis pensando).

Por ejemplo, después de una comedia romántica (esas que terminan con un primer plano de filetazo entre el chico y la chica) puedes intercambiar la típica sonrisa cómplice con la parienta. O simplemente quedarte mirándola un ratito, si se ha quedado dormida. O empezar a discutir de qué coño iba el argumento (si es una película incomprensible como Primer —por cierto, ni se os ocurra verla).

En fin, que por estos y otros muchos motivos, que se os habrán ocurrido a vosotros, deberíamos exigir que no nos roben los ratitos de los créditos finales.

Y ya sabéis: si la peli es mala, cuando aparezcan los créditos finales no dudéis en darle al botón del mando. Sin piedad. Sin remordimientos. ¡Zap!

16.3.07

Paripé (II)

Hoy se ha publicado en la web del Ajuntament de Mataró el nombre de las empresas que optan al concurso para la famosa «locomotora comercial». Pongo empresas así, en cursiva, porque en realidad sólo se ha presentado una. Adivinad cuál. No os vais a llevar ningún premio, porque ya os lo había dicho yo aquí y aquí. Sí señor:


¿Alguien duda todavía de que la inevitable demolición de la fábrica Fàbregas i de Caralt (patrimonio arquitectónico y bla, bla, bla) es una condición impuesta al ayuntamiento por El Corte Inglés «a cambio» de presentarse al concurso?
¿No es raro que ninguna otra empresa se haya molestado siquiera en presentarse a un concurso tan jugosito? ¿no será que el resultado del concurso está tan, pero tan cantado, que no valía la pena ni molestarse en gastar papel y tinta?

Ahora sólo queda esperar a ver cuál de las empresas (ejem) que se han presentado es la que se lleva el gato al agua. Aunque claro, esto ya ha perdido toda la emoción. Es como cuando a uno le cuentan quién es el asesino media hora antes de que termine la película. En fin.

24.2.07

SGAE = Ladrones

Con la siguiente entrada, y siguiendo la iniciativa propuesta por El diablo en los detalles, via menéame, muestro mi soporte a Julio Alonso de merodeando.com, recientemente amenazado por la SGAE por un artículo que escribió hace ya casi tres años. Ahí va mi granito de arena.

SGAE = ladrones

Es alucinante lo de la SGAE. Lobo Gruñón explica muy bien en ¿Por qué cobra la SGAE? cómo cobran por una cantidad increible de conceptos. También Escolar le ha dedicado recientemente su atención en La tarta del CD, desglosando el destino final del precio de un CD.

Acaba de lanzarse un Google Bombing contra la SGAE. Se trata de establecer un enlace a la página de la SGAE con el título “ladrones”. Todavía no aparece la página de SGAE en las primeras páginas de la búsqueda en Google, pero todo llegará.

Actualización 27/04: ya está la SGAE como primer resultado en la búsqueda ladrones en Google. Cuatro días ha tardado el google bombing en tener efecto.


21.2.07

El futuro del sector inmobiliario en España

Unos enlaces que he encontrado en el boletín de Vivienda Digna:

  • Según el Banco Europeo, las estadísticas de evolución de precios que presenta el Ministerio de vivienda son, como diríamos... «imaginativas».
  • La OCDE avisa.
  • The Economist también avisa.
  • Parece que el Banco Europeo ha lanzado un aviso.
  • Los del Financial Times no se quedan cortos avisando.
Pero bueno, ¿hay alguien escuchando? ¡señora ministra! ¿nos oye? ¡estamos tratando de avisarle!

Ah, por cierto, nos vemos el día 24 de marzo:


7.2.07

Paripé (definición de manual)

Si buscáis la palabra «paripé» en el diccionario, la definición bien podría ir acompañada, como botón de muestra, de un enlace a esta noticia publicada hoy en la web del Ayuntamiento de Mataró.

Va un bocata de chopped a que la empresa que gana el concurso es la «locomotora» esa de la que os hablé el otro día. ¿Alguien acepta la apuesta?

3.2.07

Especulación inmobiliaria en Mataró

Los políticos de Mataró no pueden dejar de aprovechar la oportunidad que representa la escasez de suelo urbanizable que hay en la ciudad. Y cuando hablo de oportunidad me refiero, naturalmente a la oportunidad de especular.

Resulta que El Corte Inglés quiere abrir un centro comercial en Mataró. Es curioso el eufemismo que utilizan los políticos de mi ciudad. Por alguna misteriosa razón, nunca utilizan la expresión «se va a construir un Corte Inglés», sino «se va a instalar una locomotora comercial que impulsará el comercio en el centro de la ciudad». Ignorando que cuando, hace unos años, el dueño de los cines Iluro, Núria y Mataró bajó la persiana, ya era vox populi el rumor de que se había recibido una jugosa oferta de El Corte Inglés para instalar un centro comercial donde antes se encontraba el histórico cine Iluro.

Pero a lo que íbamos. Por lo visto El Corte Inglés no es de los que llegan a una ciudad, solicita una licencia de actividades comerciales, compra un terreno, construye y abre sus puertas. No. El Corte Inglés es una de las mayores empresas españolas, y puede permitirse el lujo de exigir al Ayuntamiento ciertas «condiciones volumétricas y estratégicas» a cambio de convertir una «ciudad de segunda» en una ciudad «con Corte Inglés».

Resulta que, junto a los terrenos adquiridos por la «locomotora», se encuentra actualmente el edificio de la antigua fábrica «Fàbregas i de Caralt». Este edificio está (estaba) considerado un edificio de gran valor histórico, y había recibido la calificación «Patrimonio arquitectónico de nivel A». O lo que es lo mismo: edificio intocable; el ayuntamiento debe promover su restauración y conservación.

Es entonces cuando llega el señor «Corte» (o tal vez fue el señor «Inglés», tanto da, total son familia...), se da una vueltecilla por los alrededores de sus nuevos terrenos y, tras ver la fábrica, realiza una llamada desde el teléfono de su Mercedes: «¡Coño, Ramírez! ¿Qué es esta cosa en ruinas que hay aquí al lado? ¡Qué asco! ¡A ver si un día nos lo vamos a encontrar lleno de okupas! Llame al alcalde, y dígale que o lo tira abajo, o nos llevamos el asunto a Granollers».

Resultado: el alcalde (o el que corresponda), en vez de decirle al señor «Corte» (o al señor «Inglés») que no sólo no van a quitar la fábrica sino que ya puede ir soltando pasta porque la restauración del edificio la va a pagar «la locomotora», lo que hace es asignar a la fábrica la calificación de «Patrimonio arquitectónico de nivel H». O, lo que es lo mismo: morralla desechable. «Quítenmela de enmedio que, para que no cante demasiado la cosa y no perdamos demasiados votos, vamos a hacer 600 pisos y un cole».

Y que nadie me malinterprete: prefiero que haya 600 pisos y un colegio (sobre todo si son VPO y no pisos de lujo, lo cual me temo que «va a ser que no», no sea que vayan a vivir pobres al lado de «la locomotora») en lugar de un edificio en ruinas.

Mi opinión se basa, lo admito, en que no tengo ni repajolera idea de arquitectura, me la suda el patrimonio histórico y, además, la fábrica me parece fea de cojones.

Lo que me jode son los motivos y los modos del ayuntamiento: por exigencias de una entidad privada y mediante puñetazo en la mesa. No son maneras.

De momento varias asociaciones han alzado la voz, y se ha creado una plataforma ciudadana para intentar salvar la fábrica. Espero que lo consigan o que, al menos, consigan meter bastante ruido y tocarles los cojones a todos los que puedan.

Más detalles en: Prou especulació (en català).

Supongo que da lo mismo porque a estas alturas a uno ya no le escandaliza nada venga de quien venga pero, sólo para que conste, en Mataró también gobierna el «tripartit» (PSC, IC-EV y ERC), govern d'esquerres i de progrés. Asco de vida.


27.1.07

Cuando los héroes matan

Tengo que citarla aquí, porque esta viñeta de Romeu me ha parecido genial. Hay dibujantes capaces de expresar en dos frases lo que un periodista no consigue en una columna editorial:


Fuente: elpais.com


Es un tema delicado. No se trata de defender porque sí a alguien que sabemos de sobra que es un asesino miserable, sino de recordar que todos somos iguales ante la ley. Sobre este tema, os recomiendo echar un vistazo también a esta entrada en el blog de Ignacio Escolar.

13.1.07

Problemas para Llefi@Net

Según me cuenta mi amigo José Luís, el mobbing inmobiliario, al parecer, no sólo afecta a atemorizadas viejecitas con moño de esas que abren siempre la puerta a los desconocidos dejando la cadena puesta.

Llefi@Net, la red ciudadana del barrio badalonés de Llefià, está a punto de quedarse de patitas en la calle.

Llefi@Net es proyecto social creado por los vecinos del barrio de Llefià, que tiene, entre otros objetivos, la asesoría, formación y acceso a las nuevas tecnologías dirigidos a colectivos en riesgo de fractura social debido a su falta de recursos: niños, mujeres, parados, personas mayores, personas con nivel socio-cultural bajo, inmigrantes...

El especulador Juan Ruiz, dueño del local donde Llefi@Net realiza sus actividades (quien, por cierto, es dueño de varios locales más, y es presidente de la Asociación de Vecinos de Sant Joan Alt) quiere subir el precio del alquiler «a precio de mercado», un coste que la asociación no puede asumir, y ha amenazado en varias ocasiones con tomar medidas como la que piensa llevar a cabo el próximo lunes: cambiar la cerradura del local.

También es duro comprobar cómo las instituciones oficiales (Ayuntamiento de Badalona, Generalitat) tampoco parecen muy interesadas en ayudar a Llefi@Net.

Más referencias: el comunicado oficial de Llefi@Net (PDF, en català), noticia en Vilaweb (en català), en el blog de Marianitu y el envío a Menéame (si visitais este enlace, haced clic donde pone "menéalo", para intentar que la noticia pase a portada y así poder hacer mayor difusión).

Actualización: según nos cuenta JL, el local no pertenece a Juan Ruiz, sino a la asociación de vecinos de Sant Joan Alt (aunque esto no sé si es mejor o peor que el hecho de que pertenezca a un particular).