24.2.07

SGAE = Ladrones

Con la siguiente entrada, y siguiendo la iniciativa propuesta por El diablo en los detalles, via menéame, muestro mi soporte a Julio Alonso de merodeando.com, recientemente amenazado por la SGAE por un artículo que escribió hace ya casi tres años. Ahí va mi granito de arena.

SGAE = ladrones

Es alucinante lo de la SGAE. Lobo Gruñón explica muy bien en ¿Por qué cobra la SGAE? cómo cobran por una cantidad increible de conceptos. También Escolar le ha dedicado recientemente su atención en La tarta del CD, desglosando el destino final del precio de un CD.

Acaba de lanzarse un Google Bombing contra la SGAE. Se trata de establecer un enlace a la página de la SGAE con el título “ladrones”. Todavía no aparece la página de SGAE en las primeras páginas de la búsqueda en Google, pero todo llegará.

Actualización 27/04: ya está la SGAE como primer resultado en la búsqueda ladrones en Google. Cuatro días ha tardado el google bombing en tener efecto.


21.2.07

El futuro del sector inmobiliario en España

Unos enlaces que he encontrado en el boletín de Vivienda Digna:

  • Según el Banco Europeo, las estadísticas de evolución de precios que presenta el Ministerio de vivienda son, como diríamos... «imaginativas».
  • La OCDE avisa.
  • The Economist también avisa.
  • Parece que el Banco Europeo ha lanzado un aviso.
  • Los del Financial Times no se quedan cortos avisando.
Pero bueno, ¿hay alguien escuchando? ¡señora ministra! ¿nos oye? ¡estamos tratando de avisarle!

Ah, por cierto, nos vemos el día 24 de marzo:


7.2.07

Paripé (definición de manual)

Si buscáis la palabra «paripé» en el diccionario, la definición bien podría ir acompañada, como botón de muestra, de un enlace a esta noticia publicada hoy en la web del Ayuntamiento de Mataró.

Va un bocata de chopped a que la empresa que gana el concurso es la «locomotora» esa de la que os hablé el otro día. ¿Alguien acepta la apuesta?

3.2.07

Especulación inmobiliaria en Mataró

Los políticos de Mataró no pueden dejar de aprovechar la oportunidad que representa la escasez de suelo urbanizable que hay en la ciudad. Y cuando hablo de oportunidad me refiero, naturalmente a la oportunidad de especular.

Resulta que El Corte Inglés quiere abrir un centro comercial en Mataró. Es curioso el eufemismo que utilizan los políticos de mi ciudad. Por alguna misteriosa razón, nunca utilizan la expresión «se va a construir un Corte Inglés», sino «se va a instalar una locomotora comercial que impulsará el comercio en el centro de la ciudad». Ignorando que cuando, hace unos años, el dueño de los cines Iluro, Núria y Mataró bajó la persiana, ya era vox populi el rumor de que se había recibido una jugosa oferta de El Corte Inglés para instalar un centro comercial donde antes se encontraba el histórico cine Iluro.

Pero a lo que íbamos. Por lo visto El Corte Inglés no es de los que llegan a una ciudad, solicita una licencia de actividades comerciales, compra un terreno, construye y abre sus puertas. No. El Corte Inglés es una de las mayores empresas españolas, y puede permitirse el lujo de exigir al Ayuntamiento ciertas «condiciones volumétricas y estratégicas» a cambio de convertir una «ciudad de segunda» en una ciudad «con Corte Inglés».

Resulta que, junto a los terrenos adquiridos por la «locomotora», se encuentra actualmente el edificio de la antigua fábrica «Fàbregas i de Caralt». Este edificio está (estaba) considerado un edificio de gran valor histórico, y había recibido la calificación «Patrimonio arquitectónico de nivel A». O lo que es lo mismo: edificio intocable; el ayuntamiento debe promover su restauración y conservación.

Es entonces cuando llega el señor «Corte» (o tal vez fue el señor «Inglés», tanto da, total son familia...), se da una vueltecilla por los alrededores de sus nuevos terrenos y, tras ver la fábrica, realiza una llamada desde el teléfono de su Mercedes: «¡Coño, Ramírez! ¿Qué es esta cosa en ruinas que hay aquí al lado? ¡Qué asco! ¡A ver si un día nos lo vamos a encontrar lleno de okupas! Llame al alcalde, y dígale que o lo tira abajo, o nos llevamos el asunto a Granollers».

Resultado: el alcalde (o el que corresponda), en vez de decirle al señor «Corte» (o al señor «Inglés») que no sólo no van a quitar la fábrica sino que ya puede ir soltando pasta porque la restauración del edificio la va a pagar «la locomotora», lo que hace es asignar a la fábrica la calificación de «Patrimonio arquitectónico de nivel H». O, lo que es lo mismo: morralla desechable. «Quítenmela de enmedio que, para que no cante demasiado la cosa y no perdamos demasiados votos, vamos a hacer 600 pisos y un cole».

Y que nadie me malinterprete: prefiero que haya 600 pisos y un colegio (sobre todo si son VPO y no pisos de lujo, lo cual me temo que «va a ser que no», no sea que vayan a vivir pobres al lado de «la locomotora») en lugar de un edificio en ruinas.

Mi opinión se basa, lo admito, en que no tengo ni repajolera idea de arquitectura, me la suda el patrimonio histórico y, además, la fábrica me parece fea de cojones.

Lo que me jode son los motivos y los modos del ayuntamiento: por exigencias de una entidad privada y mediante puñetazo en la mesa. No son maneras.

De momento varias asociaciones han alzado la voz, y se ha creado una plataforma ciudadana para intentar salvar la fábrica. Espero que lo consigan o que, al menos, consigan meter bastante ruido y tocarles los cojones a todos los que puedan.

Más detalles en: Prou especulació (en català).

Supongo que da lo mismo porque a estas alturas a uno ya no le escandaliza nada venga de quien venga pero, sólo para que conste, en Mataró también gobierna el «tripartit» (PSC, IC-EV y ERC), govern d'esquerres i de progrés. Asco de vida.