Haciendo uso del derecho de copia privada me conceden los artículos 270 del código penal y 25 de la Ley de Propiedad Intelectual, acabo de bajarme Thriller, de Michael Jackson. El disco más vendido de la historia, ahí es nada.
De vez en cuando, los críticos musicales y la gente "de a pie" (esos a los que no nos avergüenza reconocer que nos gustaba el tema principal de la banda sonora de "Rocky") nos ponemos de acuerdo al considerar que una determinada canción es un clásico. Mientras se escuchan canciones míticas como "Billie Jean" o "Beat it", uno se pregunta qué será lo que hace que una canción no pase nunca de moda.
Podría ser mérito del autor. Pero en ese caso todas las canciones de ese autor o, al menos, una gran mayoría, serían consideradas grandes canciones para la mayoría de la gente.
Podría ser la letra. Pero hay canciones con letra pésima que muchos perciben como clásicos, y otras con letra compuesta por grandes poetas que no logran traspasar, ni falta que hace, la mal llamada "barrera de la comercialidad".
Podrían ser la melodía y el ritmo. Sin embargo estos son los que, normalmente, suelen pasar de moda con más rapidez (aunque dicen que todo vuelve).
Finalmente, podría ser una mezcla de todo lo anterior: una combinación, que, tal vez fruto de la casualidad, lograse crear un mito a partir de un autor mediocre, una letra mediocre y una melodía mediocre.